sábado, 31 de marzo de 2007

Praga en globo

En uno de los mensajes anteriores explicaba lo que me ocurrió cuando estuve en la Expo 92 y quise hace puenting desde una grua, pues hace unos meses estuve en Praga, que haciendo un inciso he de decir que para mi es la ciudad más bonita que he visitado, y al pasar por el Puente de Carlos observé algo que enseguida me llamó la atención: un globo al que se podía montar todo aquel que quisiera.
No lo pensé dos veces, “Me tengo que montar en ese globo”.
Los compañeros con los que iba la verdad es que no estaban muy dispuestos a acompañarme en la aventura de volar, pero en seguida me dijeron que si me apetecía volveríamos por la tarde para hacer el viajito, aunque a mi me daba un poco de apuro porque tendríamos que esperar bastante porque había alguna cola para montar, pero ellos insistieron en que no importaba y que esperarían. Creo que estaban tan ilusionados como yo en me montara en el globo.
Allí estábamos a las seis de la tarde esperando para hacer el viaje. Al principio con nuestros líos con el idioma nos costó un poco de trabajo que entendieran quien era el que se quería montar en el globo, imagino que lo que menos imaginaban era que fuera yo, pero después gracias a un espontáneo que hablaba español e ingles y que hizo de traductor todo fue muy fácil.
No se describir la emoción de montarme, me daba terror no por la altura ni el globo en si, sino porque el corazón me palpitaba demasiado, pero les aseguro que fue una de las experiencias mas agradables que he vivido. Lo de estar a 90 metros, después me dijo el señor que manejaba el globo que normalmente suelen subir a 70 metros pero que a mi me vio tan ilusionado que llegaron hasta los 90.
Lo que más recuerdo es la sensación de paz, tranquilidad y silencio, solo roto por una canción de los Beatles que de vez en cuando llegaba hasta arriba desde uno de los barcos que surcan el río enseñándolo a los pasajeros.
Lo de ver una ciudad tan bonita como Praga desde 90 metros, durante 20 minutos, sin que absolutamente nadie te moleste y mientras se ponía el sol es desde luego si no el Cielo, lo más cercano al Cielo que pueda existir.
Lo único que no me atreví es a llevarme la cámara de fotos porque temía que con la emoción se me pudiera caer, pero me alegro porque aquel viaje no es para perder el tiempo haciendo fotografías, sino para disfrutarlo, que fotografías aéreas de Praga encuentro en Google a montones.
Ahora , ahí les dejo un enlace para que lo puedan ver la secuencia fotográfica que mis amigos hicieron, creo que ellos disfrutaron tanto como yo, por las cara que les vi e incluso a algunos les quedó la pelusilla de no haberse montado.
Ah, si alguno va a Praga le aconsejo que por 20 euros no se pierda la emoción de ver la ciudad desde las alturas y en silencio.

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