Aunque es una palabra que no me gusta utilizar, pero esta vez si la usaré porque estoy convencido que esos que se dan en llamarse “sinceros” son las personas más crueles que existen y además practican una crueldad casi siempre innecesaria.
Los “sinceros” son esas personas que aprovechando la prudencia de los otros utilizan esa palabra como escudo para poder insultar, humillar o decir todo aquello que a todas luces es innecesario, porque siempre he creído prescindible martirizar a los demás, dejarlas en ridículo o hacerlas sufrir.
- No, es que yo soy muy sincero y aquello que pienso lo digo.
Ah, mu bonito, porque seguro que ese sincero compulsivo no ha pensado que los demás también podemos serlo en algún momento y si no lo hacemos es por prudencia, que siempre se dice que es la madre de la ciencia.
Definitivamente esos sinceros de pacotilla no habría que llamarlos así, sino que la denominación que verdaderamente les corresponde es la de hijos de puta, con perdón de las putas y de sus hijos, que son mucho más personas.
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