lunes, 15 de septiembre de 2008

De vacaciones

Estreno las vacaciones del año 2008, por lo pronto serán sólo quince días en los que me dedicaré sólo a pasear, mirar, observar, oler y charlar con todo aquel que me encuentre por la calle sin tener que decir la odiosa frase: “Tengo que dejarte, llevo prisa”.
Para mí las vacaciones son fundamentalmente el poder ir por el mundo sin prisas, sin tener otra cosa que hacer que perder, ganar, el tiempo.
No aspiro a hacer en estos días un fantástico viaje a ningún país exótico, porque en Sanlúcar de Barrameda tenemos en el mes de septiembre un clima maravilloso, no hay demasiada gente y toda la ciudad para mi, para poder sentarme en cualquier rincón con el papel y el bolígrafo y escribir las cuatro chorradas que se me ocurren sin tener a mi alrededor catorce mirones deseosos de que me levante para pillar la mesa.
Hoy me he encontrado por la calle con una antigua profesora de inglés del instituto, doña Rosario, que se paró a preguntar cómo me encontraba y estuvimos charlando unos minutos. Ella, seguramente por el deseo de agradar después de los años me dijo que yo había sido un buen alumno, aunque creo que era más otra cosa, que cuando se llega a los 82 años, uno prefiere recordar sólo la parte agradable de los demás, porque he de reconocer que aquellos años no fueron los más tranquilos de mi vida.
La despedida de doña Rosario ha sido un poco triste porque me ha dicho:
- Bueno esperemos que nos veamos pronto, porque con 82 años….
Y me ha dejado un poco tirado y sin atreverme a preguntar por otras profesoras del instituto: Doña Mariana y el Gili Gaya, doña Leonor y las historias, doña Montserrat y los polinomios con acento gaditano.
Creo que casi todos los sanluqueños debemos mucho a esas cuatro mujeres.

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