sábado, 15 de noviembre de 2008

De Bonanza

Esta semana he estado en Bonanza, hacía algunos meses que no pasaba por allí. La verdad es que cada vez es más complicado tener un ratito libre para ir a la otra punta de la ciudad, aunque sea el lugar donde pasé el mayor tiempo de mi vida. Pero no pude resistirme a la llamada de mi amiga Loli que requería mis servicios para la conmemoración de los 20 años de actividades de todo tipo en el barrio.
De verdad que les aseguro que cuando he visto la cantidad de cosas que se han hecho por parte de la asociación, por parte de los bonanceros en estos 20 años y las que se continúan realizando, me quedo pasmado, porque muchas de ellas las recordaba por haberla vivido en carne propia, pero otras estaban olvidadas o incluso no me había enterado que se hicieron.
Pero Loli, mientras que un recetario en el que han trabajado, colaborado y entusiasmado a mas de cien personas y que va ya por la segunda edición como si de un Betseller se tratara no da más que para unas líneas en cualquier periódico y por supuesto que ninguna imagen de televisión, otras noticias las noticias tomateras más llamativas sacan titulares, como si la bondad y la maldad no estuviera repartida con equidad en todos y cada uno de los pueblos del mundo y no creo justo demonizar una ciudad, pueblo o un barrio.
A lo mejor algún día alguien tendrá que contar la verdadera verdad de todo lo que sucede y a lo mejor nos llevamos hasta sorpresas. Los que no traen sorpresitas bajo el brazo son los cientos de personas que llevan años y años trabajando en Bonanza, como en otros barrios de Sanlúcar de Barrameda; trabajando por Bonanza, intentando que sea un barrio mejor, pero claro que ya se sabe que nunca fue noticia que un perro mordiera a un hombre.
La verdad es que me lo pase bien en Bonanza el otro día y tuve la oportunidad de hablar, saludar y compartir muchos momentos con algunos de los hombres y mujeres que hacía mucho tiempo que no veía, pero que al estar más de ciento cincuenta en el acto, pude compartir momentos que hacía tiempo que no compartía con ello, con mis vecinos de toda la vida, esos que estoy convencido que cuando tenga sesenta años seguirán llamándome Antoñito.
Y a muchos de ellos les vi un poco tristes con lo que estaba sucediendo en y con el Barrio, les vi tristes de ser protagonistas de noticias no buscadas, que a ellos les interesa mucho más el curso de chavales y chavales que están haciendo repostería y que hicieron los canapés de aquella noche, y que esperan que algunos de ellos terminen con una salida profesional de lo que hacen, como ya ha ocurrido con otros chavales, mujeres y hombres que han encontrado una salida en algunos de los cursos que gestionados por la gente del barrio en colaboración de las administraciones se dan allí todo el año. Sí, he dicho todo el año, porque allí hay actividades todos los días del año, aunque no se sepa.
Pero como decía antes, eso no vende periódicos, ayuda a rellenarlos, pero desgraciadamente no vende, o los dueños de periódicos y televisiones piensan que eso no vende y ya se sabe que hasta los medios de comunicación, y sobre todo las teles, no son más que una fábrica de hacer billetes, a costa de lo que sea.
De todas formas decirle a mis vecinos bonanceros que no se preocupen, que tengan la conciencia tranquila porque están haciendo lo que deben, y además quien se acuerda mañana de lo que salió ayer en televisión.

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