Normalmente al coincidir con la hora del
almuerzo suelo ver el programa de Telecinco, De buena ley, que es una chorrada
pero prefiero eso a que me den la comida con las noticias de muertos, embargos,
bajada de la bolsa, subidas de las primas o mentiras de todo tipo, que para
flagelarme un látigo.
Otra de las razones para verlo es que me
encanta Sandra Barneda, a la que considero una excelente profesional, tanto en
este programa como en todos los que la he visto. Me entretienen los casos que
llevan e incluso me caen bien los jueces o mediadores que están en él, bueno he
de reconocer que algunos más que otros, pero bueno eso ya es cuestión de gustos
y empatías.
Incluso me divierten ese público formado por
opinadores, tal vez un tanto gritones, a los que ya me he acostumbrado durante
las horas de la comida y hasta Mario, un chico que al principio me rallaba un tanto
porque es un poquillo machista, pero al final termina siendo hasta simpático.
Pero existe en ese programa una persona que
con sólo verlo se me ponen los nervios de punta, es el supermegapijo, tonto del
culo, que no sé cómo está ahí. Se trata de Víctor, que tiene toda y cada una de
las “cualidades”, para que si por mi fuera le diese un buen merengazo, que no
agrede, pero si espabila.
Y no me pone tan de los nervios por lo que
defiende, sino por como lo defiende, por como dice las cosas, por cómo se cree
que sus “valores” fueran los únicos del mundo: Su familia es el único modelo de
familia que puede existir, y por lo visto las de los demás son algo así como
una mierda.
Su orientación sexual es la única que debe
existir, y la de los demás poco menos que acabar con ellas, y mira que el
primer día que lo vi en la tele me pareció que tenía bastante pluma, pero bueno
eso también me enseñó que no se debe hacer juicios sin conocimiento. Ah, y que
no se me olvide, que su iglesia y sus valores son los únicos que debían
existir, la única verdaderamente verdadera, y a los demás que los zurzan.
Yo cuando veo el programa me lo tomo como un
pobre gili que no sabe ni lo que dice y que debe soltar cuatro chorradas
aprendidas de no sé de quién, pero ya tiene bastante con que en el pecado
tendrá un día de estos la penitencia de descubrir que nada es ni blanco, ni
negro, y que no todo es tan bueno, ni tan malo y a lo mejor hasta descubre en
sus carnes, hoy día no se sabe cómo se va a terminar, que los que no tienen
dinero, casa o comida no son parásitos.
Ya un día estuve a punto de tirarle la
cuchara al televisor cuando empezó a soltar tópicos estúpidos, aprendidos de
los mentecatos de otras cadenas intolerantes, sobre los andaluces. Sin enterarse
que andaluces hay de todo tipo, buenos, malos y regulares, como madrileños,
valencianos, vascos y hasta el.
Pero uno de estos días pasados ya es que
peligró seriamente la pantalla de mi tele, ya que tenía el vaso en la mano. Estaban
tratando el tema, “¿Estarías dispuesto a pagar una derrama de 6250 euros para
instalar un ascensor que no necesitas?”, y el tal Víctor refiriéndose a las
personas que tienen algún tipo de discapacidad o movilidad reducida dijo lo
siguiente:
“Ahora va a resultar que ahora vosotros los
pobrecitos vivís mejor que nosotros, tenéis parking que les proporciona el
Ayuntamiento a la puerta de casa, un ascensor y yo que pago impuestos… . A mí
me joroba mucho ir a un centro comercial y no poder aparcar el primero, aunque
he pagado mi coche, aunque he pagado mis impuestos, porque esta gente tiene los
sitios libres. A costa de nosotros quieren vivir por encima de nosotros”.
Como vemos la solidaridad de este señorito
que se proclama supermegacatolico es como para que Jesucristo volviese y se
liase a latigazos con él.
Aunque Sandra Barneda, que nunca suele
mojarse en los programas, ese día le leyó bien la cartilla:
“Víctor, ¿eres miope?. Llevas gafas porque
eres miope. Yo de verdad no te pido, ni espero que un día se te rompan las
gafas y no veas y no tengas a nadie que te ayude, porque eres un insolidario.
Eres un insolidario. Si todos pensáramos como tu es que no se qué haríamos”.
En todos los programas que he visto, nunca vi
a Sandra tan enfadada y le doy las gracias, porque energúmenos como ese lo que
hacen es desprestigiar al género humano.
Yo no soy tan insolidario como él y ni
siquiera voy a pedir que si es posible que lo echen del programa, porque a lo
mejor el “pobrecito”, como él dice, no tiene otra cosa para comer y tiene que
continuar en este mucho viviendo de decir chorradas.
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