sábado, 30 de marzo de 2013

El insolidario



Normalmente al coincidir con la hora del almuerzo suelo ver el programa de Telecinco, De buena ley, que es una chorrada pero prefiero eso a que me den la comida con las noticias de muertos, embargos, bajada de la bolsa, subidas de las primas o mentiras de todo tipo, que para flagelarme un látigo.
Otra de las razones para verlo es que me encanta Sandra Barneda, a la que considero una excelente profesional, tanto en este programa como en todos los que la he visto. Me entretienen los casos que llevan e incluso me caen bien los jueces o mediadores que están en él, bueno he de reconocer que algunos más que otros, pero bueno eso ya es cuestión de gustos y empatías.

Incluso me divierten ese público formado por opinadores, tal vez un tanto gritones, a los que ya me he acostumbrado durante las horas de la comida y hasta Mario, un chico que al principio me rallaba un tanto porque es un poquillo machista, pero al final termina siendo hasta simpático.
Pero existe en ese programa una persona que con sólo verlo se me ponen los nervios de punta, es el supermegapijo, tonto del culo, que no sé cómo está ahí. Se trata de Víctor, que tiene toda y cada una de las “cualidades”, para que si por mi fuera le diese un buen merengazo, que no agrede, pero si espabila.
Y no me pone tan de los nervios por lo que defiende, sino por como lo defiende, por como dice las cosas, por cómo se cree que sus “valores” fueran los únicos del mundo: Su familia es el único modelo de familia que puede existir, y por lo visto las de los demás son algo así como una mierda.
Su orientación sexual es la única que debe existir, y la de los demás poco menos que acabar con ellas, y mira que el primer día que lo vi en la tele me pareció que tenía bastante pluma, pero bueno eso también me enseñó que no se debe hacer juicios sin conocimiento. Ah, y que no se me olvide, que su iglesia y sus valores son los únicos que debían existir, la única verdaderamente verdadera, y a los demás que los zurzan.
Yo cuando veo el programa me lo tomo como un pobre gili que no sabe ni lo que dice y que debe soltar cuatro chorradas aprendidas de no sé de quién, pero ya tiene bastante con que en el pecado tendrá un día de estos la penitencia de descubrir que nada es ni blanco, ni negro, y que no todo es tan bueno, ni tan malo y a lo mejor hasta descubre en sus carnes, hoy día no se sabe cómo se va a terminar, que los que no tienen dinero, casa o comida no son parásitos.
Ya un día estuve a punto de tirarle la cuchara al televisor cuando empezó a soltar tópicos estúpidos, aprendidos de los mentecatos de otras cadenas intolerantes, sobre los andaluces. Sin enterarse que andaluces hay de todo tipo, buenos, malos y regulares, como madrileños, valencianos, vascos y hasta el.
Pero uno de estos días pasados ya es que peligró seriamente la pantalla de mi tele, ya que tenía el vaso en la mano. Estaban tratando el tema, “¿Estarías dispuesto a pagar una derrama de 6250 euros para instalar un ascensor que no necesitas?”, y el tal Víctor refiriéndose a las personas que tienen algún tipo de discapacidad o movilidad reducida dijo lo siguiente:

“Ahora va a resultar que ahora vosotros los pobrecitos vivís mejor que nosotros, tenéis parking que les proporciona el Ayuntamiento a la puerta de casa, un ascensor y yo que pago impuestos… . A mí me joroba mucho ir a un centro comercial y no poder aparcar el primero, aunque he pagado mi coche, aunque he pagado mis impuestos, porque esta gente tiene los sitios libres. A costa de nosotros quieren vivir por encima de nosotros”.
Como vemos la solidaridad de este señorito que se proclama supermegacatolico es como para que Jesucristo volviese y se liase a latigazos con él.
Aunque Sandra Barneda, que nunca suele mojarse en los programas, ese día le leyó bien la cartilla:
“Víctor, ¿eres miope?. Llevas gafas porque eres miope. Yo de verdad no te pido, ni espero que un día se te rompan las gafas y no veas y no tengas a nadie que te ayude, porque eres un insolidario. Eres un insolidario. Si todos pensáramos como tu es que no se qué haríamos”.
En todos los programas que he visto, nunca vi a Sandra tan enfadada y le doy las gracias, porque energúmenos como ese lo que hacen es desprestigiar al género humano.
Yo no soy tan insolidario como él y ni siquiera voy a pedir que si es posible que lo echen del programa, porque a lo mejor el “pobrecito”, como él dice, no tiene otra cosa para comer y tiene que continuar en este mucho viviendo de decir chorradas.

No hay comentarios: