jueves, 3 de diciembre de 2015

Mis recuerdos de la Cooperativa Frusana

Al publicar hace unos días una entrada en mi blog sobre la inauguración de la Cooperativa Frusana de Bonanza, pedí que si alguien tenía alguna foto antigua de la misma, que me la enviase y rápidamente recibo un correo de Juan de Dios Pérez Pozo que me da una dirección de Facebook, donde encuentro algunas fotos antiguas de la cooperativa, además con la sorpresa de que en algunas de ellas aparecen mis tíos Pepe y Manolo. Me dio mucha alegría.
La verdad es que yo, como bonancero y llanero, con la cooperativa he tenido mucha, mucha relación. Además de formar parte de la misma mis tíos Pepe y Manolo, mi tío Antonio y su mujer Rosario. Mi tío Juan. Y un montón de conocidos de la Veta y los Llanos, donde yo nací.
Pero mis recuerdos de la Cooperativa van a más, cuando era pequeño y ya vivía en Bonanza, porque la primera ubicación de la misma fue en una calle muy cercana a donde yo vivía. Recuerdo perfectamente como estaba esa casa antes de que en ella se instalase. Era una de la manzanas que formaba parte de la Bonanza antigua, pero estaba completamente derruida, con las paredes y los techos caídos, que a mí me encantaba entrar por el misterio que siempre me han inspirado desde pequeñito las casas en ruinas.
Mis recuerdos también me llevan a ver pasar a los burros cargados, porque entonces la mayoría de los transportes desde los campos se hacían en burro, y como mi tío Manolo algunos días después de descargar en Frusana se llegaba a mi casa y me llevaba en el borrico a casa de mi abuela en los Llanos.
Más tarde mis recuerdos de la cooperativa eran de cuando yo estaba en Sevilla, en San Juan de Dios, y ahí era donde yo llamaba a mis padres. Yo llamaba a la cooperativa y les decía que avisaran a mis padres, que los llamaría más tarde, porque entonces los teléfonos eran bastante escasos.
Como no recordar lo que suponía para los niños  de Bonanza la celebración del día de San José, donde la cooperativa solía celebrar una fiesta y los niños estábamos atentos a ver si pillábamos una coca cola.

Esto son algunos de mis recuerdos de la Cooperativa Frusana, que poco a poco, día a día se fue convirtiendo en uno de los motores económicos y laborales de la ciudad.

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