Ayer un amigo me preguntaba
cuantas horas dedico a las páginas de internet, que deben ser muchas, me decía.
Yo le contesté que cuando me jubilé,
al principio estaba un poco desorientado, pero después a los pocos meses decidí
que tenía que hacer algo para disciplinarme, porque no era cuestión de estar de
aquí para allá como los locos, que al final terminas tirado en un sofá sin
hacer completamente nada más que ver chorradas en la tele.
No crean que no me costó trabajo
disciplinarme, porque a un tipo como yo, indisciplinado en casi todo y bastante
anárquico le cuesta trabajo entrar en el redil, pero ya lo tengo bien
controlado y dedico un mínimo de dos horas al día escribir, buscar, publicar,
leer y releer, y con esto tengo casi bastante para mantener mis páginas, todo
lo relacionado con Sanlúcar de Barrameda, su historia, sus efemérides, sus
curiosidades, aparte de las fotos a las que dedico un par de horas también
diarias, en verano menos, que ya hace bastante calor. Por las tardes, a la
vuelta del otro paseo, que la calle da vida, vuelvo a dedicarle otro ratillo,
pero esta vez a los otros temas de los que tengo páginas.
La verdad es que en la jubilación
lo que más gracia me hace es no saber ni en el día en que se vive, la monotonía
de todos los días iguales, que sólo distingo los fines de semana por lo dos
mujeres, que yo llamo las Pepas, los días entre semana me levanto con Pepa
Bueno y los fines de semana con Pepa Fernández, escuchando la radio, ellas son
las que mantienen mi calendario semanal.
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