sábado, 6 de abril de 2019

La portada del periódico de hoy, día 6



Hoy sábado, que tengo un ratito más, quiero comentar que estoy deseando tener entre mis manos el libro El director de David Jiménez, que fue director del periódico El Mundo. Aunque todavía no ha salido a la venta, todo el mundo habla de él, imagino que unos con deseos de venganza y otros con más miedo que una espuerta de gatos, por lo que pueda contar. La vida es así.
No es más que un libro de cotilleos, han declarado algunos periodistas, aunque a mi me importan mucho esos cotilleos, porque detrás de ellos hay mucha verdad que mas de uno no quiere que salga, aunque no creo que habiendo llegado a director del periódico El Mundo, David sea precisamente santito, aunque a mi ahora me divierta, me entretenga lo que llegue a contar.
Siempre he pensado que el periodismo en España, el alto periodismo por supuesto, es un verdadero putiferio, entre otras razones porque las relaciones entre altos periodistas, altos empresarios y altos político debía ser un cachondeo, pero un cachondeo de juzgado de guardia.
El sí me das te pongo, el si me pones te doy, debe ser algo totalmente habitual en las relaciones entre los tres grupos.
Pero no crean que eso es algo que se da sólo entre los periodistas, empresarios y políticos de un signo, sino que me temo que se da en todos, y cuando digo todos, me estoy refiriendo a TODOS, y que no me salga nadie con la historia de nosotros somos limpios e inmaculados, porque no es verdad.
Estoy deseando leer el libro, estoy deseando enterarme de los cotilleos que el periodista lanza sobre sus compañeros, aunque esta mañana lo he escuchado en la radio y dice que con la información que le queda guardada, le da para otro libro. “Po na”, a sacarlo.
Antes de cerrar el artículo quiero comentar una noticia que aparece hoy en algunos periódicos y es que Rosa Díez amenaza con volver a la política activa. Lo que no dice la noticia es por el partido por el que se presentaría, por ya va de una punta a la otra.
Esto me ha recordado una anécdota que viví el año 2000. Yo había ido a Madrid al programa Gran Hermano, que nadie es perfecto, y el día antes del programa me encontraba leyendo en la recepción de un hotel, que les aseguro que después de cerca de 20 años ya ni me acuerdo, cuando veo entrar a gente que me sonaba, eran políticos, eran altos cargos, eran conspiradores, eran del PSOE y es que había un congreso esos días. Todos estaban sentados por allí esperando y pronto se metieron en uno de los saloncitos conspiratorios del hotel, y aunque intenté hacerme el tonto y ponerme cerca, uno de lo que estaba, que era de Cádiz, me reconoció y me dio con la puerta en las narices. ¡Picha, vete pa el Gran Hermano y déjanos de rollos!, digo yo que pensaría. Ah, se me ha olvidado decir que una de las que estaba allí era Rosa Díez, que por cierto el día siguiente en el Congreso del PSOE quedó la última.
Aunque hoy salga en todos los periódicos, ¡No!, no estuve en la casa de la derecha, anoche. No estuve porque nunca me hizo, ni me hará gracia Bertín. Si no me hace gracia cuando lleva al jugador Joaquín, se pueden imaginar con las tres castañuelas de anoche.

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