Estaba pensando esta mañana
mientras me duchaba, que creo que es el momento que más claras las ideas tengo,
aunque después parece como si al darme con la toalla las arrastrase hacia sabe dónde
porque la mayoría desaparecen.
Pensaba en lo que está ocurriendo
en España es estos momentos y lo comparaba con los juegos que teníamos cuando
niños. Seguro que muchos de ustedes se acuerdan de la frase "contigo no me
junto", que se solía decir por todo y nada.
Así andan nuestros políticos, o
algunos de nuestros políticos, con el contigo no me junto o el contigo no me
hablo. Que eso lo dijéramos cuando teníamos siete u ocho años puede estar bien
o no, pero que eso lo digan gente que puede tener hijos y hasta nietos con
pelusilla es para pensarse tranquilamente en quien hemos depositado nuestro
voto.
El yo con ese no voy, con ese no
me junto, con ese no me hablo, o con ese no me reúno, si no me llama el rey, me
parece directamente una falta de respeto a las personas que se han molestado en
ir a votar, con ilusión.
La segunda parte de estos juegos
de niños es cuando llegaba alguno que nosotros pensábamos que no tenía la
suficiente entidad como para jugar con los demás y decíamos la conocida frase
de “Ese pan y manteca”, que venía a ser que ese, aunque lo metiéramos en el
juego no servía para nada y lo que hiciera no afectaba, aunque a lo mejor después
fuese el que más goles marcase, pero claro goles de pen y manteca.
Eso hasta que el pan y manteca
era un verdadero fuguilla y formaba un espectáculo por no querer emular al
tulipán. ¡Pan con manteca serás tú!
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