Esta mañana cuando
llego a casa para el almuerzo, me encuentro encima de la mesa una carta. Miro
quien es el remitente y veo que es de una de esas empresas que se dedican a
los “Servicios Integrales de Recuperación”, vamos lo que toda la vida hemos
llamado una empresa de cobros de impagados o morosos.
- Pues lo siento,
pero hasta que no coma y duerma la siesta no pienso tomarme sofocones.
Así que dejé la carta
encima de la mesa y después de la siesta decidí abrirla y me encontré con que
en ella me comunicaban una primera mentira: “Nos dirigimos de nuevo a usted….”.
Pues no señor, ustedes nunca, nunca, nunca se han dirigido a mí. “…con relación
a la deuda que mantiene con CAIXABANK S.A….”. Pues que yo sepa tampoco he
tenido ninguna deuda con esa entidad. “… por impago de la operación LIBRETA DE
AHORRO, con referencia…”. Coño, que yo no tengo ninguna cuenta de ahorros en
Caixabank S.A. ¿Me habrán hecho alguna sin yo me enterara?. ¿Me habría salido
un pariente rico?. Rico no, la verdad, porque tengo una deuda.
Después me explicaban
que tenían una maravillosa voluntad de solucionar el asunto, que generosos
ellos, por lo que debería proceder a ingresar, por supuesto “a la mayor
brevedad”, para evitar así “los gastos y molestias que derivan de todo
procedimiento judicial”. Si es que son un encanto.
Como en la carta no
especificaba, cuenta ni cantidad que supuestamente debía, llamé a costa de mi bolsillo al
teléfono de información que daban en la carta y la conversación transcurrió más
o menos así después de los correspondientes saludos:
- ¿Me podría decir la
cantidad que debo y en concepto de qué?.
- Si, son 60 euros y
se debe a una cuenta que usted tiene abierta con esa entidad.
- ¿Yo con CAIXABANK
no tengo ninguna cuenta?.
- Bueno es una cuenta
que usted mantenía en Cajasol.
- Tampoco he abierto
nunca una cuenta en Cajasol.
- El mantenimiento de
esa cuenta ha ocasionado el gasto de 60 euros que usted tiene que pagar.
¡La madre que me
parió!. Ahora, después de colgar perplejo el teléfono recordaba que yo nunca
abrí una cuenta en Caixabank, ni en Cajasol, ni en Caja San Fernando, pero si
abrí una cuenta hace un montón de años en la que era Caja de Ahorros de Jerez,
y de aquellos polvos vienen estos lodos, porque resulta que la cuenta se había
quedado por ahí en el limbo del olvido y por los gastos de mantenimiento ahora
me quieren cobrar 60 euros. ¿Por mantenimiento de qué?. ¿Por mantener la
cuenta?. Mañana tendré que ir a la oficina de Caixabank, que por cierto no está
adaptada para que podamos entrar personas en silla de ruedas, y liquidar la
cuenta, porque estos cafres ya me amenazan con que pondrán mi nombre en
“ficheros relativos al cumplimiento o incumplimiento de obligaciones dinerarias”.
Es decir, que pago o pago.
¿Les cuento la
segunda parte de esta historia?, que ahí está la diferencia.Quiero aclarar que
esta segunda parte no lo cuento con el deseo vanidoso de que nadie diga que
bueno es, sino porque creo que viene bien para comparar:
Hace como un mes en
mi trabajo me mandaron a cobrar un cheque de 500 euros para pagar unos billetes
de avión. Fui a la sucursal de Caixabank, que da la casualidad que es la misma
donde ellos dicen que tengo la cuenta, y pedí que me lo pagaran.
- Ahí tiene el
dinero, se lo pongo en un sobre.
Yo cogí el sobre y
sin mirarlo siquiera, mala costumbre, lo metí en el bolso y cuando llegue a la
agencia de viajes para pagar los billetes y abrí el sobre, ¡hombre un sobre con
dinero!, vi que allí había muchos
billetes.
- ¿Cuánto dinero me han dado?. Pero si el cheque era de 500
euros y aquí hay mucho más. Un buen montón de billetes.
Lo conté y había 1500 euros.
Ni me lo pensé, pague en la agencia de viajes y con el resto me fui de nuevo al
banco y pregunté de cuanto era el cheque que me habían pagado hacía un rato. Me
confirmaron la cantidad y entonces les dije que me habían dado mil euros de mas
y que se lo quedaran.Como ven la diferencia es mucha. Ahora cuando veo la
miserable carta, pienso en si de verdad merecía la pena que devolviese ese
dinero, cuando además no había ninguna prueba de que me lo hubiesen dado a mí y
no a otro de los numerosos clientes que entraron esa mañana en el banco. Pero
pienso que sí, que mereció la pena, que con su pan se lo coman.Creo que mañana
o pasado les contaré como termina mi historia con los del banco, pero lo que si
les aseguro es que antes de nada voy a enterarme si ya me tienen en la lista de
morosos, que todo podría ser, porque como me tengan ya puesto, les va a pagar
la cantidad la señora madre del director de Caixabank, con toda su S.A. y todo.
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