Si yo siempre lo había dicho, si
yo sabía que eso no podía ser bueno, aunque nadie me haga ni puto caso, pero
hoy un artículo en el suplemento Buenavida, del periódico El País me da la
razón y dice que el horario que tenemos y que consigue que se haga de noche a
la hora de las gallinas, no es nada bueno.
El artículo escrito por Idoia Sota
se titula “Por qué todos deberíamos seguir el reloj de Canarias”, es decir el
horario que teníamos hasta hace un mes, y dice textualmente que “nos haría más
felices y delgados, mejoraría nuestra memoria, evitaría enfermedades y
reduciría la contaminación”. Y nosotros haciendo el gilipollas todos los
inviernos cambiando la hora para que oscurezca más pronto.
Además de todo lo dicho
anteriormente, que lo explica la revista muy bien en la página del suplemento,
ahora que lo politizamos completamente todo, no sé porque continuamos con un
horario que se debe sólo al capricho que tuvo Franco el año 1942, como gesto
para congraciarse con Alemania, que era el que lo había cambiado.
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