Lo de las mascarillas protectoras
del virus se está llegando a convertir en obsesión.
Esta mañana tenía que entrar en
la farmacia, así que fui para allí y en la puerta al entrar fui a coger la mascarilla.
A buscar la mascarilla por aquí, por allá. Buscando, por un lado, buscando por
otro, hasta que veo que la persona que estaba allí en la farmacia me pregunta
que qué busco y le contesto que la mascarilla, que no la encuentro y no voy a
poder entrar.
A lo que el señor me dice: ¡Pero
si la tienes puesta!
Con lo que me quedé planchado.
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