martes, 21 de junio de 2016

Malas yerbas

A lo mejor es que yo soy muy jartible, que seguramente debe ser eso, no cabe duda, pero algunas cosas es que no las entiendo, tal vez porque tengo muchas horas para darle vueltas al coco.
¿Se le ocurriría a alguien medianamente inteligente decir vamos a matar a los perros y gatos callejeros?. ¿A qué no?. ¿A que sería simplemente una barbaridad?.
Entonces lo que no entiendo es porque en las plantas existen las de primera y las de segunda categoría, que son las que se consideran malas e innecesarias, las yerbas.
Comprendo perfectamente que en un campo sembrado se quiten las yerbas para los sembrados crezcan de mejor forma y que sean más los frutos, comprendo que se quiten de las aceras porque llegan a levantarlas y destrozarlas, comprendo que se corten de los caminos para evitar que haya accidentes, pero no entiendo, ni entenderé nunca esa obsesión que entra en alguna gente por que se quiten de solares, casi siempre feísimos, que lo único que hacen es embellecer con sus flores o con el verdor de las hojas.
Entiendo que se quiten una vez se van secando, pero esa obsesión por tener unos césped, que por cierto los odio, sin una matita, cuando estamos en una región que por clima, ni por forma de ser pueden estar nunca perfectos, ni falta que hace.
-¿Qué te ha pasado hoy para que nos sueltes ese rollo?, me comenta alguien cuando cuento lo que estoy escribiendo.
-Ya no sabes lo que hacer para echarle un cable al Equipo de Gobierno, dice otro.
Y aquí es cuando me comienzo a enfadar. ¿Qué coño tiene que ver el Equipo de Gobierno con lo que estoy contando?.
Pues lo que me ha pasado es muy fácil, que hace unos meses, en uno de los alcorques vacio, sin árbol, que hay en mi barrio se me ocurrió sembrar unas semillas. Las semillas ya habían nacido y estaban bastante bonitas, pero esta mañana cuando pasé por allí me encontré con que la habían arrancado pensando que era una yerba.
¿Qué existen muchas miles de cosas más importantes por las que protestar?. Uffffff, cientos de miles, pero yo estoy seguro que si en vez de mi planta, yo hubiese sembrado un rosal y se hubiese arrancado, todos se habrían puesto histéricos.
Ahí os dejo unas fotos que demuestran que detrás de las yerbas también hay belleza.

No hay comentarios: