Normalmente suelo recibir unos
pocos de mensajes privados todos los días, ya sea por las redes sociales,
Facebook o Twitter, o por correo electrónico, que suelo contestar siempre, pero
hoy alguien, que no voy a decir el nombre ni el nik, me manda un mensaje
privado que dice: Antonio, nada más que escribes en tu página lo que te da la
gana.
Como ya me conozco el “percal”, y
más viendo quien me escribe el mensaje, sé por dónde va la historia y no le
contesto directamente, pero he aquí que esa frase me permite explicar que
ciertamente en mis paginas, en mis blogs o donde publique, haré exactamente lo
que dice en el mensaje: “lo que me dé la gana”, por una sencilla razón, porque
el que escribe soy yo, con lo que no voy a escribir lo que me diga otro, ni por
supuesto voy a retuitear ni un enlace que no quiera o simplemente no me
apetezca.
Cuando uno va cumpliendo años, o
a lo mejor siempre he sido así, no sé, ve las situaciones con una perspectiva
diferente, y se convierte uno en un poco pasota de algunas cosas, algunas
situaciones o algunos temas, con lo cual solo le apetece hacer, decir o pensar
aquello que le gusta y hacer que resbale todo lo que es apetecible.
Claro que la frase venía con su
apellido, es decir que traía la siguiente detrás: No eres objetivo.
¿Quién puñetas le habrá dicho a
esa persona que yo tengo que ser objetivo?. Objetivo tiene que ser el periodista
que escribe noticias, que normalmente tampoco lo es, pero él dice su opinión no
tiene porque ser objetivo, da su opinión, la suya y eso nunca puede ser
objetivo.
Como yo ni he estudiado
periodismo, ni me siento periodista, que lo único que hago es contar cosas, las
cosas que me apetecen, permítanme que no sea nada objetivo, aunque también tengo
muy claro que nunca voy a contar una mentira, mejor me hago el tonto, que me
cuesta poco.
¿Contestado, señor escribidor de
mensajes privados?.
Un saludo y a mandar, pero no
mucho.
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