miércoles, 10 de octubre de 2018

La mierda de perro


Esta mañana iba tan feliz por la zona de Bajo de Guía, y mas tarde de Verdigones cuando paseando por los jardines de la zona me encontré con una imagen que me gustó para mandarla por Instagram como foto del día, porque para mí representaba el otoño.
Me acerqué para hacer bien la foto que aquí pongo, y he aquí que se acabó la alegría y llegó la mala leche cuando descubrí que dos de las ruedas de la silla habían pisado directamente una hermosa mierda de perro.
Les puedo asegurar que la indignación fue mayúscula y que me acordé de todos los familiares del señor que la había dejado allí, no del perro que debía estar hasta el pelo de un dueño tan cafre.
Os aseguro que le eché un montón de maldiciones en este momento, ninguna grave, pero que como se cumplan se va a fastidiar mucho.
Así que, con mi mierda de perro en la moto, con la gran peste de la misma y con mi cabreo me fui, pensando en cómo solucionaba el problema.
Esa es una de las razones por las que me cabrea tanto ver una mierda de perro por la calle, porque la puedo pisar y ya tengo el día hecho, bueno y cuando voy con la silla manual no se pueden imaginar el cabreo que entra pisar la mierda y encima llenarte la mano.
Casi, casi para matar.
Ah, se me olvidaba. Cuando lleven su perro a cagar a un sitio con césped no olviden quitar la mierda, porque no se pueden imaginar la gracia que le hace a los jardineros que van a cortar el césped que salga esparcida y se llenen todo, incluida la cara. ¿Le haría mucha gracia si fuese su hijo?

No hay comentarios: