domingo, 8 de abril de 2012

Las chorradas del Prado

Se llama Rosy y hace unos días no se le ocurrió otra cosa que intentar entrar en el museo del Prado con un triciclo que utiliza para desplazarse, supongo que porque desplazarse por esos espacio requiere un esfuerzo y una estabilidad que no todo podemos soportar y además terminamos por no ver absolutamente nada y cabreado de no haberlo visto.
Como ejemplo puedo contar que recuerdo que hice un viaje a Londres hace ya unos años, cuando aún utilizaba bastones, entre en el Museo Británico y les aseguro que aquello fue un verdadero martirio. No recuerdo haber visto nada y además cuando regresé del viaje tuve que llevarme varios días en la cama.
No entiendo la razón que dieron en el Museo del Prado para no dejar entrar con ese vehículo que como pueden ver en la fotografía no es nada aparatoso, que puede a llegar a ser más pequeño que una silla de ruedas eléctrica y que además no contamina. Supongo que será una extraña razón burocrática estúpida de esas que tienen en muchos centros oficiales y que nunca entendemos, pero la verdad fue que Rosy se quedó sin entrar en el Prado.
Me cuenta, José Ramón, el marido de Rosy que sin embargo en el museo Tyssen no tuvieron ningún problema para entrar y pudieron verlo.
Por lo tanto creo que hoy deberíamos poner por lo menos hasta el verano castigados CONTRA LA PARED a los dirigentes del Museo del Prado, para ver si reflexionan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

_Pues, antes que Rosa se desplazara al museo del Prado, con toda la ilusion, ya que es una amante de la pintura, yo personalmente llame a los diferentes museos de Madrid, para confirmar si era posible la accesibilidad, dada su dificultad de movilidad y ademas teniendo en cuenta que bajaba desde Coruña, para vivitarlos. Todos los museos me indicaron que no habia ningun problema. y a la hora de la verdad, no le permitieron la entrada... es una verguenza, que no se permita el acceso. He sentido una impotencia y frustacion por ello y por supuesto espero que esto no se repita. Dice mucho de un pais que
en pleno siglo XXI sigan pasando esta injusticias.