No queridos mandamases:
Yo estoy convencido que esta carta no va a
servir absolutamente para nada, pero de todas formas les voy a intentar
escribir unas letras a los mandamases para poner mi granito de arena a intentar
hacerles entrar en razón, cosa que veo bastante complicada, porque los
adoquines pocas veces tienen sensatez.
Esta tarde apareció ante mí una foto que mi
amiga Filo había colgado en Facebook. Por supuesto que no hace falta que
describa lo que aparecía en esa imagen, porque lo que me impactó, lo que me
dejó el corazón helado fue el titular que esa foto llevaba, por lo que puede
significar. Por lo visto los que nos gobiernan ahora pretenden dentro de lo que
llaman "recortes", que no voy a ser ordinario y no voy a decir lo que
les recortaría yo a ellos, pero pueden imaginar, aplicar un nuevo protocolo que
ampliará el tiempo de las revisiones de los enfermos de cáncer.
Por favor, señores mandamases, no nos juegue
con esas cosas tan duras. Que me haga pagar la aspirina, el paracetamol, el
nolotil o incluso la butaca donde podemos recostarnos en los hospitales me
parece una broma de mal gusto, pero estas cosas ni se dicen, ni siquiera se
piensan. Con algo tan serio como la vida de las personas no se puede jugar, ni
se puede recortar ni un céntimo y de camino les recuerdo a los médicos que
ellos también serán responsables de lo que ocurra. Esto sí que es una buena
razón para aplicar la "objeción de conciencia".
Hagan recortes donde les parezca oportuno,
que ya les protestaremos, les gritaremos o incluso les insultaremos, pero por
su Dios no nos jueguen con las vidas de las personas, con las vidas de los
seres humanos. No aumente innecesariamente el dolor de esas personas que ya
bastante sufrimiento tienen como para que ustedes en un momento de frivolidad
pretendan recortar la calidad de vida y
menos cuando seguro que todos los que legislan tienen sus buenos seguros
privados en clínicas de todo plan, y por la cara.
Si quieren les doy unas cuantas ideas donde
pueden recortar: Hagan ustedes menos viajes innecesarios, gasten menos en
dietas, no hagan tantas campañas publicitarias inútiles y estériles con
folletos que lo único que consiguen es que tengamos menos árboles en el
planeta, díganle a los bancos que el que quiera música que se rasque los
cataplines, quiten las duplicidades en las funciones y saben muy bien de lo que
les hablo, vendan todos esos coches de alta gama que tienen para ir muy
cómodos, vendan todos esos muebles millonarios que tienen en sus despachos para
aparentar con dinero ajeno, llamen desde sus teléfonos personales a esas
llamadas chorras que se llevan todo el día haciendo, que si llamaran desde sus móviles
personales seguro que serían menos y más cortas. Podría seguir, señores
mandamases, pero no quiero que hoy el árbol no me deje ver el bosque, que ya
tendré mucho tiempo para decirles muchos más conceptos en los que puede
recortar, que hoy lo que me preocupa es otra idea y otro problema.
Hoy lo que me preocupa son todas esas
personas que se encuentran sufriendo y que ustedes permitirán que aun sufran
más, que no tengan calidad de vida, sin darse cuenta que se pongan como se
pongan, digan lo que digan, un minuto de sufrimiento de una persona vale mucho
más que todas las primas de riesgo absurdas que un grupo de poderosos se
inventa para putearnos y ellos seguir mandoneando.
No quiero despedirme de ustedes sin que tengan
todo mi desprecio si toman esas medidas tan arbitrarias, injustificadas, tan inhumanas
y tan injustas.
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