Mientras en España la derecha dirime sobre los jóvenes inmigrantes y que hacer con ellos, resulta que el que nos mete en la final de futbol es un jugador de 16 años hijo de un marroquí y una ecuatoguineana, llamado Lamine Yamal.
Deben estar sofocados porque no es un español de españoles, blanquito el que marcó el gol.
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