Esta
crítica va dirigida tanto a ciertos ciudadanos incívicos como a
algunas autoridades, sean locales, provinciales, autonómicas,
nacionales o la que corresponda.
En la carretera de Chipiona, en
el lado derecho en dirección a Chipiona, existen varios rebajes en
las aceras para facilitar el paso de personas en silla de ruedas,
madres o padres con carritos de bebé y personas mayores con
andadores.
Pues bien, en uno de esos rebajes nunca, y lo pongo en mayúsculas,
se puede pasar porque siempre hay coches aparcados encima. Y eso que
en esa carretera hay suficientes plazas de aparcamiento. Como
consecuencia, los peatones se ven obligados a bajarse a la calzada,
con el riesgo de que un coche los arrolle y te mande a tomar vi. Y
sí, puede que en esta época del año se agradezca un poco de aire
fresco, pero no a empujones.
Señores y señoras de las autoridades competentes, ¿por qué no
toman un poco de pintura amarilla — que seguro les sobra de otras
obras — y pintan ese tramo para impedir el estacionamiento?
La
segunda crítica va para quienes proyectaron la carretera. Miren la
foto y vean la "fineza" con la que han trabajado. Finos,
sí, pero como un coral de fino... Vamos, que no se entiende por qué
lo han hecho así.
Ahí quedan las fotos de estos puntos peligrosos, donde los peatones se ven obligados a bajar a la calzada porque arquitectos, ingenieros y políticos han hecho las cosas como les ha parecido.
Nota: el trocito de acera que ven tendrá unos 20 centímetros.


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