sábado, 26 de julio de 2003

Un espectáculo en la plaza de toros

El otro día viví una situación que pienso contar aquí, entre otras cosas porque puede servir para que muchas personas entiendan algunas de las circunstancias que concurren en lo que algunos llaman “privilegios” que se tienen por ser discapacitados.
Estuve en una de las actuaciones de la Niña Pastori, que por cierto me pareció un gran espectáculo y ella una gran artista. La actuación de la artista era en una plaza de toros y nos dirigimos hacia la cola para la entrada cuatro personas, porque ya llevábamos las entradas. Al llegar al lugar de la cola un Policía Local nos dice que entremos por una puerta que hay en otra parte y que no esperemos cola. He de aclarar que de las cuatro personas que íbamos, solo entramos por esa puerta una persona de las que me acompañaban y yo las otras dos se quedaron a esperar su turno en la cola.
Cuando estábamos entrando algunas de las personas que había en la cola comenzó a protestar y decir que porque tenía yo que entrar por esa puerta y no esperar la cola, que allí también había personas mayores que estaban esperando en la cola.
Me gustaría explicarles porque tenemos que entrar antes que los demás, que no es ningún privilegio, ni ningún capricho. Es simplemente porque la persona que va en una silla de ruedas esta como cerca de un metro mas bajo que los demás, es decir que no se puede poner en cualquier lugar para ver el espectáculo, sino que se debe poner en un lugar delantero para que nadie se ponga delante o no ve absolutamente nada. Sobre todo en las plazas de toros, donde al no estar adaptadas para discapacitados la mayoría de ellas y no poder subir a la grada, el espectáculo se debe ver en la zona de debajo, que no tiene sillas y todo el mundo está de pie.
Todo esto tendría no tendría porque ser si los espectáculos públicos tuviesen, como dice la ley, unos lugares reservados para las personas con discapacidad. No por privilegio, sino para que puedan ver igual que los demás y no tener que estar todo el tiempo diciendo a los demás que se echen a un lado para poder ver.
Como les decía no es privilegio es simplemente derechos, porque al comprar la entrada nos cuesta lo mismo al que va de pie que al que va en silla de ruedas.

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