miércoles, 6 de agosto de 2003

En el probador

Aprovecho la tarde del sábado para ir a comprarme algo de ropa para este verano que se nos presenta caluroso. Entre otras prendas encuentro un pantalón, la verdad sea dicho demasiado moderno y estrambótico para mi gusto, pero como lo encuentro divertido y últimamente estoy bastante desenfadado decido comprarlo, pero no se si me estará bueno.
Pruébate ese pantalón que yo creo que te está pequeño, me comenta una amiga que me acompaña. Y resignado me voy al probador pensando en la cruz de tener que intentar entrar con la silla en un probador estrecho y en el que apenas cabe la silla de ruedas. En alguna ocasión me he tenido que probar y ponerme medio desnudo en algún pasillo porque no entraba en el probador.
Pero he aquí que hoy me llevo una sorpresa agradable. La señorita que estaba en los probadores me dice que espere un momento, que existe un probador para personas con discapacidad, pero que estaba ocupado en ese momento. Después de cinco minutos entro y como les decía la sorpresa no puede ser más agradable: Un probador amplio, en el que cabía perfectamente la silla de ruedas, con una puerta que se puede abrir perfectamente para fuera y con un espejo lo suficientemente bajo como para no tener que hacer ejercicios de equilibrista.
Por cierto que el pantalón me estaba bueno, aunque no estoy yo muy seguro que se sea capaz de ponérmelo o lo terminaré dejando para pijama. Ya les contaré.
¿Dónde ocurrió?. La tienda es Zara de caballeros en El Puerto de Santa María, en el Centro Comercial El Paseo.

No hay comentarios: