martes, 5 de enero de 2021

Día de Reyes

Hoy, mientras preparo los regalos para mis sobrinos por el día de Reyes Magos, me he acordado de esos regalos que tenía de pequeño, con la misma edad que tienen ellos. Ha vuelto a mi mente aquellos días que estaba en Sevilla, en el sanatorio de San Juan de Dios.
Como para todos los niños la noche de reyes era una noche especial, lo de acostarnos temprano era algo habitual, pero no lo era tanto que sobre las doce de la noche nos despertaran, nos pusieran guapetes, con nuestro mejor pijama, jejeje, nos sacaran a todos a una galería donde se recibían las visitas y esperáramos la llegada de los Reyes Magos, los reyes magos de la cabalgata de Sevilla, no se vayan a creer y ellos y sus pajes nos trajeran los regalos, no siempre los que habíamos pedido, que les puedo asegurar que nunca tuve ninguna ilusión por una pistola, pero bueno…, de todas formas me divirtió mucho más la caja de construcciones de casas y los que me llevaron por la mañana unos parientes que fueron a verme, entre ellos recuerdo a un práctico de la Barra de Bonanza, al que conocía de toda mi vida que fue a llevarme un libro de Tintín. Hace mucho que no se de él, no sé si vivirá aun y ni siquiera recuerdo su nombre, yo lo conocía por “el de los palitos”, porque hacía figuras de madera muy bonitas con ramas de pino que iba pelando con una navaja. Todavía debe haber por algún lugar de mi casa un torero que le regaló a mi hermano José María. No sé porque puñetas tengo la cara que tengo en la foto, además de que he tenido que retocarla porque estaba hecha un cristo, imagino que fue porque a mi cama no llegó el rey, que allí iba uno y los otros dos se repartían por otros hospitales de Sevilla y me tuve que conformar con los pajes. Si he de ser sincero, no solo fue ese año el que tuve que conformarme con los pajes, sino que fueron todos, porque en los siete u ocho años que pasé allí, nunca se acercaron a mi cama, que se le va a hacer….
En cambio recuerdo que si estuvieron hablando conmigo Julio Iglesias en una visita que hizo al colegio, que eso lo contaré otro día porque merece capítulo aparte e incluso me hice una foto con él y no se coño puede estar; Marisol, o eso dice mi madre y la rubia tía buena que hacía el anuncio del Soberano. Debe ser que yo toda la vida he tirado más por la farándula que por la aristocracia y eso se notaba ya en esos años. Aunque lo que termino de explicar es que pintaba el arzobispo de Sevilla, Bueno Monreal, charlando media hora conmigo, cuando unos meses antes el maestro que teníamos me había partido el Ripalda en la cabeza porque no conseguía, o no me apetecía, aprenderme el credo y además nunca jamás contaré lo que yo hacía algunas mañanas mientras se celebraba la misa, y yo ya estaba hasta los cataplines de la misa, el rosario, el padrenuestro de levantarse, el de antes del desayuno, el de después del desayuno, y puede que alguna cosilla mas. Eso me lo quedo para mí, que hoy no me apetece en absoluto escandalizar a nadie. Coño, empecé a hablar de los Reyes Magos y me he ido por las ramas, disperso de una cosa a otra, debe ser por la emoción de no saber que me traeran los reyes, que le vamos a hacer. Que los reyes no les traiga mucho carbón.

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