sábado, 17 de marzo de 2012

La cita en Alcalá


Llevo unos cuantos días un poco raro, y no me estoy refiriendo a que me encuentre mal sino todo lo contrario, y todo comenzó cuando la semana pasada un compañero que estuvo conmigo en la Ciudad de San Juan de Dios, en Alcalá de Guadaira me avisó que se iba a celebrar el día 10 de marzo una convivencia de antiguos alumnos que estuvimos allí. En un principio me dio muchísima alegría porque me iba a encontrar con mucha gente que desde el año 1972 o 73, no estoy seguro, no veía.
Lo siento Pulido me hubiese gustado ir, pero no pudo ser.
Os aseguro que estos días anteriores a la cita fueron un poco raros, pero desde el domingo por la tarde estoy entre nostalgia al ver las fotos y los videos que se han colgado en Facebook, la alegría de verlos e incluso de encontrarlos, aunque sea virtualmente, y un mucho de falta de memoria porque apenas recuerdo detalles de aquellos momentos vividos en Alcalá. Casi no me acuerdo de las personas con las que conviví. Tengo extraña sensación de ser una de esas personas que tienen un accidente, se quedan amnésicos y poco a poco van recuperando la memoria.
Anoche por ejemplo al ver una de las fotos vino a mi mente de pronto alguien de quien ni siquiera me acodaba. Recordaba perfectamente al padre Pedro y al padre Serafín, pero a mi memoria llegó de pronto el recuerdo al ver en una de ellas al hermano Rocamora.
Desde esos años sólo había tenido contacto con algunos de los que fueron mis compañeros a través de internet, y solo con dos de ellos: con Miguel Gómez, Lebrija; que no recuerdo cómo y cuándo nos encontramos, pero si se que fue hace unos años y con Pulido que un día creo que encontré buscando en Facebook. Pero me acordaba de algunos más, aunque muy pocos: Julián Andújar, Mari Nieves Rodríguez, que algunas cartas nos cruzamos hace siglos, Filo, que tenía que aguantar ser la única niña en una clase de cafres, y poco más.
Hoy con las fotos, con los nombres que en algunas de ellas figuran parece que mi mente se va abriendo y es como si me hubiese entrado unas ganas enormes de recordar, de acordarme de lo que viví allí, porque aunque fueron muy buenos recuerdos, eso sí lo tengo claro, casi no soy capaz de ponerlos al día. Un amigo me dice que el cerebro humano es como un ordenador, que va borrando los datos antiguos para guardar los más nuevos. Debe ser eso.
Pero es que de la Ciudad de San Juan de Dios no conservo, o nunca tuve, ni siquiera una foto donde yo esté. Absolutamente nada. Como si por allí no hubiese pasado nunca. De Sevilla si tengo algunas fotos siendo un niño, pero de Alcalá nada de nada, y me da mucha pena, la verdad. Claro que a lo mejor es por lo poco que gustaba la Formación Profesional en la rama de electricidad, que era lo que estaba haciendo. ¡Me daba tres patadas por la barriga! Y nunca me atreví a decir, ni a hacer algo que me gustaba mucho más y que al final la vida ha hecho que sea de lo que trabaje: Administrativo. Claro que en aquella época y allí en Administrativo nada más que estaban las niñas. En eso fuiste tú, Filo, mucho más valiente.
Me alegro lo que he visto en las fotos y videos. Me alegro que lo pasarais bien y a partir de hoy me he propuesto que la próxima vez que haya un acto de este tipo estaré allí el primero, lo prometo.
Además me he hecho el compromiso de hacer a todos aquellos compañeros que he encontrado a través de internet, sobre todo en Facebook, un regalo que yo se que les va a gustar y les va a enternecer, pero deben esperar unos días a que lo tenga preparado.
Ah, como no tengo ninguna foto de cuando estuve en Alcalá, he puesto una de Sevilla, pero he de aclararles que aunque sé que en esa foto estoy yo, ni si quiera estoy seguro de cuál de ellos soy, entre que se ve mal y que yo soy un desastre, estamos apañados. Creo que soy el tercero comenzando por la derecha, pero vaya usted a saber.

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